La teoría del yin y el yang surge a partir de la observación de la naturaleza y describe el hecho de que todos los fenómenos naturales tienen su propio fenómeno opuesto que lo complementa. Todos los fenómenos poseen aspectos del yin y del yang. Depende el uno del otro, se influencian mutuamente.
Representación del yin y del yang
El yin se asocia a la oscuridad, el frío, la noche y lo femenino, mientras que el yang se vincula a la luz, el calor el día y lo masculino. Todas las cosas del universo poseen las cualidades del yin y del yang. Un exceso del yin puede transformarse en yang y viceversa.
Esto puede apreciarse en el símbolo chino que representa el equilibrio entre el yin y el yang. Allí donde el yin empieza a disminuir y se debilita, es donde el yang es más fuerte y al revés. Tanto el yin como el yang poseen una semilla de su opuesto en su interior; ello representa el equilibrio y reequilibrio constante de estas dos fuerzas.
La importancia del equilibrio entre el yin y el yang
Cualquier desequilibrio entre el yin y el yang dentro del cuerpo provoca enfermedades y problemas emocionales. Una dieta pobre es uno de los factores que puede alterar dicho equilibrio, al igual que una infección, la falta de ejercicio o la contaminación. Todos los alimentos se clasifican en grupos de acuerdo con sus propiedades y todos contienen aspectos yin o yang, pero algunos pertenecen de modo predominante a una u otra categoría.
Alimentos yin
Los alimentos yin se consideran fríos, húmedos, suaves y de color oscuro. Son yin los alimentos acuáticos, como el pescado o las algas, los que crecen en la oscuridad o bajo tierra, como los champiñones y las raíces, así como la avena, el pato, el conejo, la berenjena, la remolacha, la calabaza, el pepino, las espinacas, el tomate, la lechuga, el trigo, el plátano, el limón, el pomelo y la sandía.
Alimentos yang Los alimentos yang son cálidos, secos, duros y por regla general presentan una tonalidad clara. Suelen crecer en el campo, sobre el suelo y en lugares luminosos. son yang algunos mariscos, como los mejillones, los espárragos, el apio, los cebollinos, el chocolate, el hinojo, la canela, el comino, el jengibre, el pimiento, el pollo, el cordero, las gambas, los albaricoques, las cerezas, las castañas, la piel de naranja y los melocotones.